CONTRATACIÓN ELECTRONICA
  9. PROPUESTA PARA ADICIONAR LOS REQUISITOS PARA CONTRAER MATRIMONIO, EL DE SOMETERSE A TERAPIA PSICOLÓGICA Y PSIQUIÁTRICA A LOS CONTRAYENTES QUE PROVENGAN DE UNA FAMILIA DISFUNCIONAL O DE PADRES SEPARADOS
 

En mi desempeño  profesional a lo largo de 12 años como abogado postulante he tratado en más de 200 casos específicos los divorcios como una forma de terminar con el vínculo matrimonial, en tales hipótesis se encuentran los necesarios y voluntarios, en este último rubro existen ocasiones en las que partiendo de un litigio de divorcio los litigantes concluyen con un convenio.

 

Ahora bien, a manera de investigación particular realicé y sigo haciéndolo, un cuestionario, cuando se da la oportunidad, a ambos cónyuges o bien a uno de ellos, a los abogados que llevan el asunto por la parte contraria, a los familiares, testigos e incluso a la misma persona que me recomienda el asunto, a fin de establecer la familia de la que provienen los cónyuges, su situación patrimonial de esta manera prevengo un perfil psicológico y planeo la dificultad o facilidad con la que se puede conseguir la conclusión del juicio o en su defecto del convenio.

 

Tal forma me llevó a obtener irremediablemente otras estadísticas en la investigación, que aplastantemente se volvieron conclusiones. Así tenemos que dichos resultados no son valorados por los legisladores, sino  de una manera fatal como causales de divorcio, para muestra, basta con que se precise que las causales de divorcio originalmente fueron desarrollándose hasta alcanzar los 19 supuestos a que alude el artículo 141 del Código Civil de Veracruz, es decir, el órgano encargado de crear las leyes al darse cuenta que las XV fracciones que inicialmente conformaban dicho precepto no entraban para el caso de la separación por mutuo consentimiento, fue creando esa hipótesis. Posteriormente existieron matrimonios que se separaron sin divorciarse y tenía muchos años de estar en esa situación, lo que llevó históricamente a legislar la fracción  XVII del citado numeral, luego vino el caso específico de la violencia familiar y con las reformas lo incluyó como las fracciones XVIII y XIX.

 

Sin embargo curiosamente en ninguna de ellas buscó el origen de la causal, sino una solución que no subsanaba la deficiencia, producto de la sociedad en la que vivimos, siguiendo entonces el silogismo de que la causa de la causa es causa de lo causado, la causa de la causal de divorcio no representaba una solución la separación de los cónyuges, como tampoco prevenía que en lo futuro los cónyuges separados se volvieran a casar y terminaran divorciados.

 

Fue así como me di cuenta por el cuestionario que de forma entrometida realizaba a los clientes y en otras tantas a los contrarios, que en el 99% de los casos los consortes tenían antecedentes de separación de sus progenitores, ya sea uno o ambos cónyuges, existe un rango en los cuales alguno de los padres fue objeto de maltrato por sus padres biológicos y otro donde lo eran por sus padres adoptivos.

 

También tuve casos en los cuales sin antecedentes de padres separados ocurría el divorcio por la supuesta incompatibilidad de caracteres, siendo estos últimos los que más sorprendieron al suscrito, porque en términos de lógica eran una excepción a la regla y en cierta forma ponían en duda la teoría, pero cual fue mi sorpresa que al realizar una investigación mas a fondo, en uno de ellos casi de inmediato a la última firma del divorcio mi cliente se enteró que no era hijo natural ni biológico de quien se decía su papá, en otro caso mi cliente supo 2 años después que su papá solo lo había registrado y casi se pasó medio año buscando a su papá biológico, lo que generó más convicción de que la psicología humana tiene mucho que ver en nuestros actos, en nuestra constancia y en la perpetuidad que le queremos dar a una institución tan importante como es el matrimonio o incluso el concubinato como la célula más pequeña de la sociedad.

 

Las conductas psicológicas que se obtienen desde la niñez y al paso por la adolescencia fijan nuestros gustos, el deseo de continuidad en lo que hacemos, de tal manera que si desde el principio no le damos la importancia que requiere al matrimonio o a la unión para crear una familia, porque nos tocó vivirlo dentro de una familia disfuncional o de padres separados, es obvio que no vamos a conseguir los fines del matrimonio en forma total, como es el caso de la perpetuidad, la asistencia mutua, el respeto, etc, etc..

 

Lo anterior lo repetiremos una y mil veces si no tomamos las medidas necesarias para subsanar las deficiencias psicológicas que a mi parecer da origen a cualesquiera de las causales de divorcio, la cual siendo interna, al momento de contraer matrimonio es perceptible si el contrayente viene de una familia disfuncional, es decir, hay un elemento externo que evidencia esa causa. Esta conclusión no es absoluta, puesto que me he percatado que la incidencia en la separación se dispara enormemente cuando se trata del varón y solo en 2 casos ha sido generada por la mujer. En la primera hipótesis considero que obedece a una cuestión natural y biológica, ya que los padres varones nunca van a tener un vínculo mayor al que tiene la madre que por su naturaleza tiene que concebir, parir y criar a sus hijos como una prioridad, ellas superan en el 99% de los casos ese trauma psicológico de provenir de padres separados, mientras que los hombres en sentido estricto nunca lo hacen.

 

De igual forma es de destacarse que, en tratándose de matrimonios celebrados con personas que proveían de padres separados o una familia disfuncional no afectaba a las generaciones anteriores a los 60s, pero a partir de esa época a la fecha si existía una posibilidad enorme y latente de que el matrimonio se separara al cabo de unos años, procuraban en algunos casos que sus hijos alcanzaran la mayoría de edad y se divorciaban o bien existía una separación sin divorcio, ya que considero no era su prioridad la institución sino sus hijos, de la misma manera creo que pagamos el costo de la evolución. La comunicación y la difusión de los medios e ideas que afectan uno de los pilares del derecho, restándole importancia, olvidando que el matrimonio siempre fue la base de la sociedad desde la antigüedad hasta nuestros días, aunque ahora existen más uniones en concubinato e irregulares que matrimonios celebrados y últimamente se han elevado los casos de divorcio, lo que deja entrever una deficiencia en la concepción del matrimonio por parte de los contrayentes y buscando un elemento común en la separaciones que traté, encontré que es el motivo de esta exposición.

 

Otro dato relevante, representa el hecho de que es más usual que la causa de la separación generada por la participación en una familia disfuncional se actualice en los que habitan la ciudad que en los del campo, tal pareciera que la difusión, la comunicación y las relaciones públicas tienen algo que ver en ello, considerando que es fácil la comparación entre personas cuando se dice:  “Que si el presidente de Francia se divorcio porque yo no”, probablemente esa información justifica al individuo en la ciudad y escapa de los alcances de la gente que vive en el campo y se arraiguen más a las tradiciones y costumbres de mantener la familia por encima de cualquier psicología individual, esto sin atender a los casos de violencia intrafamiliar, violación, sevicia, etc., donde es más sano terminar el matrimonio que continuar con el.

 

Cabe hacer mención, que la investigación aquí tratada debe ser valorada en forma prudente y amplia por profesionales de la psicología y psiquiatría, ya que solo se aborda en el presente trabajo de investigación una causa común, desde el ámbito jurídico en los divorcios que provienen de contrayentes de familia disfuncional o padres separados, encontrando ese denominador, aplicando la lógica su influencia tiene que ver forzosamente con la conformación psicológica de los contrayentes, antes, durante y después de celebrar el matrimonio, atendiendo a un fin la presente observación podría analizarse para hacer más fuerte jurídicamente hablando la institución del matrimonio y por supuesto, más perpetua, evitando daños mayores a los hijos y a las partes, puesto que es obvio que este tipo de problemas sociales también puede incidir sobre otros aspectos jurídicos que de manera subesticia tienen la misma causa, lo que debe ser en su oportunidad sujeto de investigación.

La anterior conclusión es pues una necesidad social visible en los diferentes casos de divorcio que he tratado e incluso la iglesia ha tomado medidas ancestrales y preventivas para ello, para muestra es que dentro del derecho canónico que en la practica se ejercita, antes de contraer nupcias se somete a los futuros cónyuges a unas pláticas prenupciales que pueden ser sustituidas por un retiro llamado ENCUENTRO DE NOVIOS, en los que por cuestionarios a terceros nos aseguran que les ha tocado vivir experiencias en las que buscan conocer sus antecedentes familiares, la forma en la que se comportan, el grado de tolerancia existente y la conciencia que harán una vez que se contrae el matrimonio.

 

Ocurriendo que muchas parejas desean no celebrarlo porque perciben diferencias muy radicales que les generará una ruptura, podemos tomar por ello del derecho canónico tal figura y aplicarla modificada al derecho vigente, con la intervención de las instituciones y profesionales necesarios. Pues no limita al derecho que se nutra de otras instituciones ajenas, para conseguir los fines del hombre y la sociedad, en ese aspecto valoramos que debe invadir a los legisladores el mismo motivo regulador que tuvieron para regular las sociedades de convivencia, pero en este caso para frenar el índice disparado que existe de divorcios en el Estado
 
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